Algunos de los mejores lugares del país para vivir y aprender poseen un gran número de recursos clave: maestros comprometidos, currículos exigentes y una cultura dinámica del éxito. Sin embargo, la mayoría carece de una cualidad importante: diversidad racial.

La falta de diversidad refleja un desarrollo perturbador en los E.E.U.U. de hoy en día: la creciente re-segregación en las escuelas norteamericanas. Esta tendencia comenzó en la década de 1980 y se vio acelerada a raíz de distintas decisiones tomadas por la Corte Suprema durante el gobierno de Bush.

El resultado es un sistema educativo cada vez más dividido y desigual. Un gran número de niños pertenecientes a grupos minoritarios, sobre todo los estudiantes negros y latinos, son segregados a escuelas en condición de pobreza extrema — con resultados alarmantes. De acuerdo a un reporte del 2009 realizado por el Proyecto de Derechos Civiles de la UCLA: “Estados Unidos sigue retrocediendo hacia una segregación de grupos minoritarios cada vez mayor en escuelas con condiciones extremadamente desiguales”.

Tales escuelas de naturaleza “no blanca” son segregadas en términos de pobreza y raza, creando una experiencia educativa inestable y a menudo peligrosa, con una constante rotación de maestros y escasos recursos. De acuerdo con investigadores de la UCLA, “Estas son las escuelas secundarias que representan la mayoría de las ‘fábricas de deserción escolar’ del país, donde una cifra alarmante de estudiantes (sobre todo varones) fracasan en graduarse y muchos de ellos terminan, prácticamente, sin posibilidades de tener acceso a la contratación laboral”.

¿Y por qué es tan importante?

Más allá del concepto básico de igualdad, ¿por qué deberían los padres interesarse por la diversidad? ¿Deberían sentirse satisfechos si la escuela de su hijo tiene la suerte de contar con una amplia gama de clases AP y un excelente programa de música, o deberían buscar más?

Irónicamente, mientras la segregación en nuestras escuelas no hace más que aumentar, nuestra sociedad se hace más diversa que nunca. En la actualidad, un 44 por ciento de estudiantes norteamericanos no son blancos, y esta cifra aumenta cada año. Con el propósito de preparar a los niños para convertirse en ciudadanos del mundo, necesitamos exponerlos a mucho más que a ecuaciones cuadráticas y la historia de las 13 colonias. Resulta fundamental que nuestros niños aprendan a convivir y entiendan a personas de todo tipo.

De hecho, se ha demostrado que la diversidad en el ámbito educativo promueve la tolerancia. Un estudio reciente descubrió, por ejemplo, que los estudiantes universitarios inmersos en un ambiente diverso muestran menos prejuicios raciales y étnicos que los estudiantes que interactúan principalmente con compañeros de entornos similares a los suyos.

Aprender empatía, flexibilidad y cómo trabajar con personas de distintos entornos y culturas preparará a los niños para hacerse camino en un futuro cada vez más multicultural.

Revirtiendo la tendencia

Muchos padres que apoyan el concepto de la igualdad educativa se sienten obligados a elegir entre calidad y diversidad al momento de optar por una escuela para su hijo. Sin embargo, existen zonas educativas del país que desafían dicha tendencia al demostrar que la educación diversa y de calidad pueden ir de la mano.

Richard D. Kahlenberg, miembro principal de Century Foundation, quien ha escrito a profundidad sobre el tema, afirma que los estudiantes que asisten a escuelas de pobreza extrema tienen, en promedio, dos años de atraso en comparación con otros estudiantes de la misma edad que asisten a escuelas con menores niveles de pobreza. Este desequilibrio desaparece, afirma Kahlenberg, “cuando los estudiantes de escasos recursos tienen la oportunidad de asistir a una escuela económicamente mixta, donde sus compañeros muestran motivación académica, donde los padres cuentan con el tiempo y recursos necesarios para involucrarse de forma activa con la escuela y saben qué exigir a los funcionarios de la misma, y donde los educadores son altamente eficaces y tienen muchas expectativas con respecto a los estudiantes”.

En un reporte, Kahlenberg identifica varias escuelas públicas con currículos especializados que han integrado con éxito a estudiantes de estatus socioeconómicos variados. ¿El resultado? Un mejor desempeño en los estudiantes de grupos minoritarios y de bajos recursos (sin que el desempeño general de todo el grupo de estudiantes disminuya).

¿Cuáles son los distritos que han abordado el problema de la diversidad?

Kahlenberg indica que más de 65 distritos escolares en todo el país han implementado políticas para abordar el problema de la pobreza escolar. Y programas tales como METCO en Massachusetts (que conecta a niños de los barrios pobres de Boston con escuelas de alto desempeño a las afueras de la ciudad) están intentando acabar con algunas de las desigualdades educativas de la región.

Tales esfuerzos son un paso en la dirección indicada, pero son muy pocos y tan solo afectan a un número reducido de estudiantes. Se necesita hacer mucho más. En un mundo que se hace cada vez más multirracial y multicultural, todos nos beneficiaremos de un sistema educativo que no nos obligue a elegir entre una buena educación o una educación ética.

Translated by: SpanishWithStyle.com

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