“Las calificaciones no importan hasta décimo grado, ¿cierto?”.

Mis dos hijas han pronunciado esas palabras, con un tono optimista en sus voces, como si el hecho de desearlo pudiese cambiar la realidad. Sin embargo, la cruda verdad es que las calificaciones de noveno grado sí cuentan (más de lo que los niños y padres piensan).

A continuación, te presentamos lo que necesitas saber sobre por qué noveno grado no debería ser visto como un año para aflojar la marcha, y cómo puedes motivar a tu estudiante de noveno grado a tomarse en serio el primer año de escuela secundaria.

  1. Las universidades tomarán en cuenta las calificaciones del primer año de escuela secundaria

    Prácticamente todas las universidades tomarán en cuenta las calificaciones de tu adolescente desde el primer año de escuela secundaria como parte de la revisión de su expediente académico. Incluso las universidades que se enfocan en las calificaciones de décimo, undécimo y duodécimo grado al momento de evaluar las solicitudes de admisión verán las calificaciones de noveno grado en los expedientes. ¿Recuerdas aquella “C” en biología? ¿Aquella que tu hijo obtuvo cuando decidió que dominar los principios de la genética era menos importante que dominar los últimos retos de las redes sociales? Pues bien, estaba equivocado. Tres años más tarde, siendo estudiante de último año de escuela secundaria, cuando tu hijo solicite ingresar a la universidad para estudiar ingeniería, aquella C aparecerá como un claro (y vergonzoso) signo de que su compromiso con la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (conjunto de carreras conocidas en inglés como STEM) no es constante.

    Para conversar con tu adolescente: La mayoría de las universidades se interesan por las calificaciones que obtienes en el primer año de escuela secundaria. (Las únicas excepciones son la Universidad de California y la Universidad Estatal de California, las cuales calculan el promedio de calificaciones, o GPA, a partir de décimo grado). Si comienzas a esforzarte desde ya, mantendrás abiertas las puertas hacia la universidad de tus sueños.

  2. Es la época ideal para mejorar el GPA

    Las calificaciones obtenidas durante el primer año de escuela secundaria son incluidas en los cálculos del promedio de calificaciones general de tu hijo. Debido a que está comenzando la escuela secundaria, el expediente académico de tu hijo está limpio. Obtener una “A” (o una “C”, en todo caso) en la actualidad tendrá un mayor impacto en el GPA de tu hijo y sentará las bases para los próximos años. Por supuesto, tal como señaló hace poco mi hija de 13 años, a muchas universidades les agrada ver una evolución en las calificaciones, es decir, que las calificaciones de tu hijo mejoren con el paso de los años. “¡Eso significa que puedo sacar C en todas las asignaturas, luego B, luego A y quedarán súper impresionados!”, declaró. Por desgracia, a mi hija (al igual que a la mayoría de los adolescentes) se le dan mejor las ilusiones optimistas que enfrentar la cruda realidad. Así que yo me encargué de recordarle amablemente que las clases se vuelven mucho más complejas entre el primer y penúltimo año de escuela secundaria, así que el primer año podría ser la época más sencilla para obtener un GPA alto.

    Cuando mi hija mayor estaba en su primer año de escuela secundaria, captó el mensaje en el momento justo. Escuchó a un estudiante de último año lamentarse por su negligencia juvenil. “No sabes cuánto desearía haberme tomado en serio las clases de primer año; ¡pude haber hecho un excelente trabajo si lo hubiese intentado! Ahora me estoy quemando las pestañas, pero es mucho más difícil”. Por supuesto, esto es más que obvio. Sin embargo, para mi hija fue una revelación.

    Para conversar con tu adolescente: La escuela se vuelve más exigente cada año, ¿por qué no aprovechas esta oportunidad de obtener calificaciones altas que no requieren de tanto esfuerzo?

  3. El poder milagrosamente predictivo de las calificaciones de primer año de escuela secundaria

    Desde hace mucho tiempo, noveno grado ha sido considerado como un año determinante. Los investigadores han estudiado cómo las calificaciones del primer año de escuela secundaria se relacionan con los futuros éxitos y fracasos de los estudiantes. Un estudio reciente de la University of Chicago Consortium on School Research (enlace en inglés) encontró que el GPA de los estudiantes en noveno grado predecía con bastante precisión el desempeño que tendrían en años posteriores de la escuela secundaria, las posibilidades de ingresar a la universidad e incluso las probabilidades de culminar el primer año de la misma. Mientras más alto sea el GPA de un estudiante de noveno grado, mayores probabilidades tendrá de ingresar a la universidad. El estudio demostró que el GPA de noveno grado resultaba más predictivo que otras evaluaciones más objetivas como las pruebas estandarizadas. Para los padres, tales hallazgos pueden resultar reveladores porque enfatizan lo difícil que es lograr que un niño recupere el buen desempeño tras haberlo perdido a esta edad. Los investigadores aún no saben con exactitud por qué el GPA de noveno grado resulta tan importante. Algunos teorizan que los estudiantes de noveno grado que no obtienen buenas calificaciones pierden acceso a las clases avanzadas, o que los maestros de años posteriores son influenciados por el primer GPA de los estudiantes, o que experimentar dificultades en el primer año puede causar que los estudiantes pierdan seguridad en sí mismos y dejen de esforzarse. En cualquier caso, vale la pena impedir que tu hijo se convierta en uno de los millones de nuevos estudiantes de escuela secundaria que reducen su desempeño académico en noveno grado.

    Para conversar con tu adolescente: Los investigadores aún no entienden el porqué, pero por algún motivo este año sentará las bases de tu futuro. Mantén buenas calificaciones y puedes tener la seguridad de que irás rumbo al éxito.

  4. El aprendizaje trae recompensas ocultas
    Realizar un trabajo analítico sobre las rimas de Romeo y Julieta podría parecer prácticamente inútil para tu adolescente. Sin embargo, es importante que los niños entiendan que nunca sabemos cuándo podría resultarnos útil cualquier tipo de conocimiento. Mientras más se interese tu hijo por aprender sobre distintos campos en la escuela secundaria, mayores serán las probabilidades de que descubra los beneficios de entender el mundo, aprenda a dominar nuevas habilidades e incluso de que descubra su pasión. Además, los niños que sienten un amor intrínseco por el aprendizaje tienen un mejor desempeño tanto en la escuela como en la vida.

    Para conversar con tu adolescente: Las calificaciones son más que una puerta hacia la universidad. Son señales mediante las cuales tu maestro te indica que estás aprendiendo. Concéntrate en aprender y el GPA no será más que un bonito efecto secundario de tu amor permanente por aprender.

    Por último, si tu hijo está experimentando dificultades académicas en 9.° grado, no entres en pánico. Sin embargo, comienza a tomar medidas. No esperes hasta el penúltimo o último año de escuela secundaria. Muchos estudiantes de noveno grado que presentan dificultades consiguen recuperarse de los baches académicos, logrando graduarse e ingresar a la universidad. Sin embargo, como padre, si entiendes la importancia del contenido académico de 9.° grado, estás mucho mejor capacitado para ayudar a tu hijo a mejorar su desempeño en el presente, no en años posteriores.

Translated by: SpanishWithStyle.com

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