Jeremy era un buen estudiante a quien le encantaba la ciencia y solía obtener calificaciones perfectas. Siempre había planeado ir a la universidad. Hasta que los resultados de su primer SAT (un examen de admisión a la universidad) llegaron a su buzón.

Los puntajes obtenidos en todas las áreas eran tan bajos que resultaba poco probable que lograra ingresar a cualquier universidad, con excepción de las pocas que no tomaban en cuenta los exámenes de admisión.

Anthony Green, un tutor, posee una eficaz estrategia para mejorar los puntajes, sin importar qué tan malos sean. Este método incluye práctica diaria, centrarse en los déficits de conocimiento y desarrollar una habilidad a la vez. Green ayudó a Jeremy a identificar sus flaquezas. Por ejemplo, Jeremy no dominaba la aritmética; no entendía los decimales y su comprensión de los signos de puntuación era irregular. Durante nueve meses, Jeremy comenzó a abordar estas flaquezas específicas en su educación.

Realizando sesiones intensas de estudio durante pocos minutos al día, Jeremy integró la preparación para el examen SAT a su agenda escolar cotidiana. Cada vez que realizaba un examen de práctica, su puntaje mejoraba. Cuando llegó el momento de realizar el SAT oficial, el adolescente ya sabía qué esperar. Su puntaje final fue lo suficientemente alto para ser considerado en una universidad de élite.

¿Puede tu hijo mejorar tanto como Jeremy?

Sí. La mayoría de niños pueden mejorar sus puntajes si practican lo suficiente y de la manera correcta. Incluso si tu hijo comienza con un puntaje terrible en el PSAT (una práctica preliminar al SAT que suele ser realizado en segundo o tercer año de escuela secundaria), SAT o ACT, puede mejorar sus puntajes de forma considerable.

“Una de las confusiones más extrañas es que obtener un buen puntaje en los exámenes se encuentra relacionado a la habilidad innata”, señala Green. “He conocido niños brillantes con excelentes calificaciones y pésimos puntajes, y niños con pésimas calificaciones y puntajes altísimos. Todo se reduce a la práctica y a familiarizarse con el proceso”.

La clave para mejorar los puntajes SAT

“¡Comienza con anticipación!”, indica Green. “Las personas suelen postergarlo por miedo”, afirma, “pero lo cierto es que cualquiera puede obtener un puntaje alto si cuenta con el tiempo suficiente, pero no se puede mejorar mucho si se intenta estudiar sin descanso en un lapso de tres semanas durante el último año de escuela secundaria, cuando tienen tres horas de tareas por noche y de por sí ya están agotados”.

Un excelente recurso es la preparación para el SAT de Khan Academy (enlace en inglés), disponible de forma gratuita y en línea. Estos materiales le ayudarán a tu hijo a corregir sus mayores debilidades y aprender de sus errores.

Los expertos afirman que cuando se estudia para el SAT es importante evitar sentirse abrumado ante el objetivo final, estableciendo objetivos más pequeños que permitan que el estudiante siga avanzando.
En lugar de decir “quiero aumentar mi puntaje por 200 puntos”, incentiva a tu hijo a pensar: “En la sección de gramática, intentaré no equivocarme en más de 15 preguntas”. Y así, a medida que mejora: “Mi objetivo es equivocarme en menos de 12 preguntas”.

La clave es la consistencia, señala Green. “Imagina a dos individuos: uno afirma querer abdominales bien definidos; el otro afirma que quiere ir al gimnasio todos los días durante media hora. El individuo que se concentra en ir al gimnasio todos los días tiene más probabilidades de alcanzar su meta”.

¿Cuánto tiempo debe dedicar tu hijo a una preparación intensiva para los exámenes?

“Hay un número mágico”, afirma Green, quien estima haber trabajado con más de 450 estudiantes a lo largo de los últimos 10 años y haber ayudado a los niños a aumentar su puntaje SAT en un promedio de 300 puntos. “Con unas 100 horas (en total) alcanzarán su máximo potencial”.

El papel de los padres

Para la mayoría de niños, esta es una época muy estresante. Green advierte que los padres pueden empeorar las cosas con mucha facilidad.

“No recomiendo que los padres se involucren en el proceso, a menos que esto se refiera a llevarlos al centro donde se realizará el exámen el día pautado”, señala Green. Los padres, sin embargo, sí cumplen un papel importante. Tu papel es motivar a tu hijo, indica, no ser su tutor.

“Los padres necesitan hablarle a su hijo sobre sus sueños profesionales y luego ayudarlo a entender cómo un puntaje alto puede llevarlo a ingresar a una universidad que puede ayudarlo a cumplir sus sueños”, explica Green.

Es cuestión de relacionar el esfuerzo de hoy con los sueños del mañana, agrega. “Tu trabajo es relacionar las metas personales de tu hijo con el puntaje que necesita, y luego dejarle el camino libre”.

Translated by: SpanishWithStyle.com

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